No es difícil entender por qué, a dos años de iniciarse la pandemia por la COVID-19, grandes unidades económicas de manufactura automotriz e industrias como las del plástico y el comercio siguen viéndose impactadas en todos los sentidos. Nuevos modelos de negocio emergentes, cambios repentinos en el comportamiento humano y nuevas demandas en ciertos productos y servicios son solo algunas causas.
La industria automotriz, sin duda, ha sido de las más afectadas. Para inicios de 2021, la INA (Industria Nacional de Autopartes) aseguró que las armadoras tanto en Norteamérica como en Latinoamérica disminuirían su producción, dejando de fabricar hasta 768 mil vehículos al año debido al desabasto de estas piezas clave.
Sin embargo, a raíz del confinamiento, el aumento en demanda de productos como tabletas, computadoras y celulares creció respecto a años anteriores. Como consecuencia, las industrias de telecomunicaciones tuvieron que aumentar su producción. Por ende, la compra de semiconductores y chips, lo que las llevó a volverse, además, clientes prioritarios para muchos de los proveedores de estas piezas.
¿El resultado?
Desequilibrio entre oferta y demanda, desabasto, fábricas de chips a su máxima capacidad y falta de tecnología, infraestructura y mano de obra calificada para aumentar la producción, entre muchas otras consecuencias.
¿Qué pueden hacer las empresas desde ahora?
Actuar. Algunos autores, como Paul Sirrs, Sales VP para QAD Latinoamérica, aseguran que existen maneras para evitar pasar por una crisis similar:
Mayor visibilidad.
Eliminar cadenas de suministro con procesos manuales de los cuales dependen para gestionar inventarios, reportes y previsiones. Esto les permitirá tener mayor y más clara visibilidad de los materiales con los que se cuenta y, a su vez, tomar mejores decisiones para la resolución de problemas.
Mayor comprensión.
Comprensión clara de los procesos más críticos y que soportan el rendimiento de la cadena de suministro. Esto ayudará a asegurar una entrega más eficiente y de mayor valor.
Fortalecer el talento calificado.
Contar con talento adecuado, adquiriendo y capacitando al personal como una inversión.
Uno puede preguntarse como es que tener el talento adecuado en estos casos es importante, pero un equipo altamente capacitado puede rediseñar y revalidar un producto para permitir seguir produciendo.
Un ejemplo de esto se puede observar en Tesla, una de las empresas automotrices menos afectadas por la carencia de chips en el mundo gracias a su capacidad de rediseño de su producto.
En Lab it Studio creemos que ingenieros capacitados son la clave de una empresa ágil, flexible y a prueba de las variaciones del mercado.
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